Monday, June 10, 2013

Noticia aparecida en el diario El País el día 8 de junio de 2013.
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El hecho es que leyendo los comentarios de la población, bien se podría decir que más bajo no puede caer la profesión de Ingeniero de Caminos en España.

Transcribo textualmente un texto aparecido en el periódico de mayor tirada del país:

"En el norte de León, en la frontera con Asturias, los ríos no corren como antes. Y no volverán a hacerlo. “Mire ese arroyo. Se ve la marca de por donde iba el agua hace unos años. Ahora le faltan 40 centímetros, y eso que este año no ha hecho más que llover. Nunca se secó y ahora a mitad de julio se queda sin agua”. Fernando Castañón, ganadero de 57 años, pecho al frente, largas patillas blancas y gafas caídas, vecino de Rodiezmo, conduce un pequeño todoterreno a toda velocidad mientras protesta porque la pérdida de caudal afecta a sus 60 vacas. A cientos de metros bajo sus pies, los túneles de Pajares, el tramo más complejo y caro del AVE de España, han desviado el agua hacia Asturias. La obra ha pinchado 20 acuíferos, lo que ha contribuido a elevar su coste a 3.200 millones de euros, el triple de lo inicialmente previsto. Más de 60 millones por kilómetro. “Malditos ingenieros”, reniega."

¿Malditos ingenieros? Es para que se nos caiga la cara de vergüenza, si es que a alguno de nosotros nos queda un poco de eso.

Parece que en no muchos años la población ha pasado de literalmente venerar a los ingenieros a odiarlos.

¿Por qué será?
"Los ingenieros a los que Castañón culpa de sus males son los del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif)"

Pues algo de culpa sí tendrán, el ADIF es un auténtico avispero de ratas que intentan huir del barco mientras ven cómo se hunde. Las puñaladas traperas, las traiciones, las golferías y el despotismo enchufista están a la orden del día, y estos son los resultados en un Administrador "público" que se supone debería estar para optimizar el servicio ferroviario para los ciuadanos españoles mediante una administración eficiente.


Veníamos de hacer los túneles de Guadarrama, que salieron bien. Pero los Picos de Europa son mucho más complicados. En las obras del túnel de San Gotardo [57 kilómetros bajo Los Alpes] estuvieron 10 años de estudios previos. Aquí con unos meses pensaron que era suficiente

Los grandes profesionales que hicieron posible los túneles de Guadarrama por desgracia ni pinchan ni cortan en esta obra, y estos son los resultados.
Pero, lo más importante, es que aunque hubiesen estado en esta obra, YA NO SE LES HABRÍA DEJADO ABRIR LA BOCA.

En la ingeniería de hoy sólo medran los más pelotas y mediocres, los que saben qué decir y en qué momento para hablar exactamente en cada segundo lo que el jefe en cuestión quiere escuchar, aunque sea vacío de contenido o no tenga nada que ver con la técnica.

Eso es malo, pero lo peor llega cuando esta norma de supervivencia laboral se aplica a los criterios técnicos, llegándose incluso a alabar ciertas decisiones técnicas propias de manicomio, que son puestas en marcha sin escuchar a nadie. Eso sí, cuando todo sale mal jamás se reconoce al profesional que avisó de que esa forma de hacer las cosas no era la correcta (si es que no lo han despedido por "molesto" y hacer bien su trabajo)

Hemos llegado a un punto en el que se coloca como responsables de las obras a auténcticos majaderos incapaces que con tal de "ahorrar" dos euros pueden derrochar dos millones.
Majaderos puestos a dedo porque se dejan comprar y obedecen ciegamente a cambio de un precio tan bajo que produce sonrojo. Muchos de ellos provenientes de algunas mafias que han estado acampando a sus anchas en este país con el consentimiento de los que no deberían haberlo consentido y ahora se quejan e intentan sacarte unos eurillos al trimestre de la forma más ruin que uno podía imaginarse.

Estos majaderos que hoy llevan y controlan tantas obras se rodean de pelotas y mediocres para no sentirse amenazados, y la más mínima voz disonante que avise de un peligro o de un gasto excesivo, es cercenada con los peores métodos posibles. Este comportamiento ya se vislumbra desde la Universidad, donde esas mafias adosadas a instituciones religiosas y/o políticas van extendiéndose como un cáncer ocupando departamentos y cátedras, en algunos casos hereditarias por generaciones.

Mientras se ha ido imponiendo este sistema dictatorial en las empresas y obras, los menos capaces han ido trepando hasta lo más alto, y estos son los resultados: una profesión denostada, mal pagada, odiada por la población, despreciada, y en el mejor de los casos olvidada.

El Colegio no hace nada por evitarlo, haciendo la vista gorda en ciertos conflictos entre profesionales, quitándose de enmedio como si no tuviese conocimiento de ello.

Ingeniería de Caminos, descanse en paz, entre todos la mataron y ella sola se murió.


1 comment:

Anonymous said...

Una vez desaparecida nuestra profesión de manera oficial, aún estamos esperando que el Colegio homologue a alguna profesión ya existente en el resto del mundo.
Mientras todo lo comentado va creciendo día a día.